Las Gildas

 

¿Cuándo?: 1 de junio desde las 13:00h.

¿Dónde?: En el parque de Rosequillo, en La Concha de Villaescusa.

¿Cómo llegar?: En la autovía Santander-Bilbao, has de salir en Astillero y tomar el camino hacia Sarón. En dirección a esta localidad, en el pueblo de Villanueva hay un desvío a la izquierda que lleva a La Concha. Enseguida verás indicaciones para llegar a los distinto aparcamientos, desde ellos hasta el parque sólo serán 5 minutos a pie.

¿Qué vas a encontrar allí? comida riquísima, actuaciones, un espacio para asociaciones y colectivos, otro para que conozcas los proyectos con los que colaboramos, alguna cola (¡anda que no se liga nada en las colas!), risas, denuncia, palabra y afectos.

¿Qué si necesitas algo?: Genial si traes plato y cubiertos para no utilizar tanto plástico y generar menos basura, lo demás es cosa tuya: una toalla, a tus colegas, una tortilla (para compartir), la cámara de fotos…

¿Qué te pedimos?: Vamos a ser un montón de gente, por eso, en nuestra labor de anfitrionas deseosas de que todos estemos rebien vamos a pediros:

-          Que no tratéis de llegar con el coche hasta la misma entrada del parque y utilicéis los espacios de aparcamiento.

-          Si vienes con tu mascota, hazte cargo de ella, cuídala. Nadie tiene porque sentirse molesto o invadido y eso es cosa tuya no del animal.

-          Ayúdanos a que nuestra huella tras la celebración sea la mínima posible en este entorno precioso que siempre nos acoge bien.

A veces el camino se pone duro. Y sientes que no puedes más y piensas que para qué, que quién notará la diferencia de que sigas o no, y deseas detenerte y retirarte a una granja a ver atardeceres violeta.

A veces el camino es interminable, pindio, está embarrado, lleno de piedras que anuncian peligro, o se interna en lugares oscuros y tenebrosos. Da frío, miedo y un cansancio infinito tira de ti hacia el suelo.

Por eso es mejor hacer el camino acompañado, incluso aunque los demás estén en tramos diferentes del recorrido, de la historia o del tiempo, puedes sentir su presencia y el eco de sus pasos sobre cada uno de los tuyos. Y algo te mantiene y te empuja: la certeza de que somos muchos.

A veces el camino es jodido, pero una vez que has comenzado a andar, cuando por fin has entendido el sentido y la dirección, cuando tienes claro el destino, ya no vas a poder dejarlo. Adiós a la granja. ¿Ves las huellas?, ¿escuchas las pisadas?, ¿notas cuántos somos?

Oz está siempre a la vuelta de la siguiente curva.

Sigue el camino de baldosas amarillas… o verdes, o moradas… el que quieras, pero sigue caminando.